Desde entonces he trasteado con otras distribuciones para tener una visión amplia y cultura general, pero no me he separado de mi buen Ubuntu. Pese a las duras críticas, a veces justas, a veces injustas, me he mantenido fiel a esta distribución. Me gusta por muchas razones y es la que recomiendo casi siempre (cuando no, recomiendo Crunchbang), aún cuando al Dr. Stallman no le agrade o los conservadores linuxeros la repudien.
Shuttleworth, Canonical y todos los que hemos colaborado directa e indirectamente para hacer de Ubuntu lo que es ahora nos merecemos, sin lugar a dudas, una gran felicitación. Sólo por hoy, mañana a volver al trabajo. :)
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