Los siguientes comentarios son totalmente personales y para nada profesionales. Además, por su naturaleza, podrían contener spoilers.
Cuando me enteré de que el El castillo ambulante tenía 2 secuelas me di a la tarea de buscarlas y leer ―con mucho gusto― ambas historias. Así pues, cuando por fin empecé el libro tenía ya una idea bastante bien concebida de lo que creía sería el contenido del mismo. Sin embargo, me equivoqué completamente.
Los primeros capítulos me parecía estar leyendo una versión moderna de Aladino y la lámpara maravillosa, lo cual no fue ningún desagrado para mi puesto que me gustan los cuentos árabes, pero conforme avanzaba en la lectura noté con agradado que la historia comenzaba a agregar componentes únicos que hicieron que la misma se enriqueciera en contenido. Lo cual consiguió crear una mágnifica obra que mezcla la magia, la cotidianidad y el amor; algo que en mi opinión fue la esencia del éxito de la primera parte.
Lo que sí no me gustó fue que el final pareciera un tanto forzado. Y esto tuvo mucho de culpa que la intención de la autora fuera que toda situación y misterio fuera resuelta, sí o sí. Quizás esto sea cuestión de gustos, pero al menos a mi me sabe mal que no dejen a uno imaginar sus propias conclusiones.
Esta novela es la clase de libros que debe uno recomendar a aquellos que se están introduciendo a la lectura, o bien, a aquellos que ya intentaron un par de veces y salieron muy decepcionados. La historia es buena y su lectura muy sencilla, sin lenguaje complicado ni situaciones enrevesadas. Ahora sí que para todas las edades ―de hecho, me parece que la autora escribía pensando más en los niños que en el público en general―.
Debo confesar que me embargó cierto sentimiento de desilusión cuando de Sophie o Howl no se comentaba nada. Pero conforme entendí que era una historia aparte que sucedía en el mismo Universo deseché esa impresión. Y aunque al final sí que aparecen y tienen cierta participación, pienso que igual hubiese sido mejor que las aventuras de Abdullah existieran como un libro aparte. Yo de verdad quería otro libro exclusivo sobre Sophie y Howl. Ni modo, esa fue su decisión y quién soy yo para contradecir su voluntad.
Mi opinión general sobre esta novela es muy positiva y supongo que todos los que la leyeron coincidirán conmigo.
Te quiero. ¿Tú no me quieres? Ella examinó la cara de Abdullah mientras lo decía. Él devolvió la mirada a la eterna oscuridad de sus ojos. Se descubrió a sí mismo diciendo: «sí». Flor-en-la-noche sonrió. Abdullah sonrió. Pasaron varias eternidades más iluminadas por la luna.
En esta ocasión ya no me tomó por sorpresa el hecho de que la historia no comenzara hablando sobre Sophie sino que lo hacía sobre una chica amante de los libros llamada Charmain que al parecer no tenía más habilidades que esa y saber comportarse en sociedad.
A la que sí sorprendieron fue a Charmain, a quien de buenas a primeras tuvo que abandonar su casa para ira a vivir y cuidar la casa de su tío, un mago muy respetado pero que enfermó repentinamente teniendo que acudir con los elfos. La casa de la cual ahora es responsable es, obviamente, mágica. Y es gracias al ambiente mágico en el que se ve envuelta que descubre su talento para la magia que desde siempre fue reprimido por la gente a su alrededor por considerar ésta como algo «no respetable» ―ya después Charmain se da cuenta que su padre también hace magia y lo oculta, lo que la reconforta―.
Charmain me agradó mucho desde el primer momento aunque de ratos me parecía que era muy áspera y hasta inútil, aunque se justifica por su casi ridícula educación. Pero conforme avanza la historia, Charmain se adapta muy bien a cada nueva situación de manera sorprendente dejando en claro que sus talentos la llevarán a ser un gran personaje en el reino.
De Peter y los demás personajes puedo decir que si bien tuvieron sus momentos, Charmain realmente era la que me interesaba. En ese aspecto, me hubiese gustado que hubiesen sido un poco más sobresalientes.
De Peter y los demás personajes puedo decir que si bien tuvieron sus momentos, Charmain realmente era la que me interesaba. En ese aspecto, me hubiese gustado que hubiesen sido un poco más sobresalientes.
Nuevamente Wynne cuenta una buena historia sin complicaciones donde ahora la magia se conjunta con la resolución de misterios, lo que en mi opinión estuvo muy bien para no repetir la fórmula de las dos partes anteriores. En esta también aparecen Sophie y Howl, y lo hacen casi todo el libro. A diferencia de la anterior parte donde aparecen ya casi al final en la forma como los conocemos.
El final de esta parte me pareció que no hizo justicia al libro. Algo así como lo que pasó con la anterior.
Mención honorífica a Calcifer por demostrar que es de temer y a la casa mágica por su impresionante complejidad. Increíbles los dos.
Mención honorífica a Calcifer por demostrar que es de temer y a la casa mágica por su impresionante complejidad. Increíbles los dos.
Esta tercera parte me gustó más que la anterior, aunque la primera siempre me parecerá la mejor de las tres. Lo que sí puedo decir es que no se siente para nada como el final de una trilogía.
Como anécdota: estaba yo revisando una maceta y me percaté que la tierra estaba removida. Pensé que lo hizo alguno de mis sobrinos pero en cuanto la empecé a revisar con detenimiento de pronto que sale una avispa enorme hecha un bólido de por debajo de la tierra. De inmediato recordé la escena donde Charmain se encuentra con el Lubbock. Así que no me metí en problemas y me metí a la casa. De rato investigué sobre la curiosa avispa y me enteré que ni no son tan raras ni son tan peligrosas ni mucho menos son lubbocks ―por si se lo preguntaban―.
La caza del carnero salvaje por Haruki Murakami (1982)
De buenas a primeras con sólo leer el título no se puede saber de qué va la historia. Lo que sí se puede tener certeza es que al ser producto de la basta imaginación de Murakami, ésta ―la historia― va a ser, por lo menos, muy interesante. Lo surreal es intrínseco.
La casa del carnero salvaje trata de, pues, la caza de una carnero salvaje. Pero no cualquier carnero, sino de la mismísima materialización del poder y ambición en traje de lana.
No es de sorprender que un carnero que no respeta tiempo ni espacio pueda poseer a una persona otorgándole fuerza e intelecto sobrenaturales, al menos no en una historia de Murakami. Tampoco es para nada sorprendente que un personaje bastante ordinario se enfrasque en un lío así de grande sin que la deba ni la tema.
Y así, como las anteriores circunstancias, hay muchas en este libro.
Es de agradecer la forma tan genial con la que Murakami logra cohesionar todo eso sin que se vuelva una ridiculez o una niñería. Al contrario, la historia llega a tener una aura siniestra. Sobretodo cuando toca ir a la casa en medio de la nada. En ese punto uno puede sentir a la oscuridad envolviendo cada pensamiento.
Otro punto a destacar es la profundidad de personajes como El Ratón o la narración que describe los sucesos que tuvo que vivir el joven Ainu. Fabuloso.
Al final, nadie es lo que era antes de empezar y el que evidentemente salió muy pero muy mal parado fue el protagonista. Y no es para menos. Es terriblemente triste ser testigo de aquel que se ha perdido.
Huelga decir que este libro es una verdadera obra de arte. Si no has leído a este gran autor este es un buen punto de partida. ¡Ya verás que no te arrepientes!
A continuación, ajuntaré fragmentos que me llamaron mucho la atención:
De buenas a primeras con sólo leer el título no se puede saber de qué va la historia. Lo que sí se puede tener certeza es que al ser producto de la basta imaginación de Murakami, ésta ―la historia― va a ser, por lo menos, muy interesante. Lo surreal es intrínseco.
La casa del carnero salvaje trata de, pues, la caza de una carnero salvaje. Pero no cualquier carnero, sino de la mismísima materialización del poder y ambición en traje de lana.
No es de sorprender que un carnero que no respeta tiempo ni espacio pueda poseer a una persona otorgándole fuerza e intelecto sobrenaturales, al menos no en una historia de Murakami. Tampoco es para nada sorprendente que un personaje bastante ordinario se enfrasque en un lío así de grande sin que la deba ni la tema.
Y así, como las anteriores circunstancias, hay muchas en este libro.
Es de agradecer la forma tan genial con la que Murakami logra cohesionar todo eso sin que se vuelva una ridiculez o una niñería. Al contrario, la historia llega a tener una aura siniestra. Sobretodo cuando toca ir a la casa en medio de la nada. En ese punto uno puede sentir a la oscuridad envolviendo cada pensamiento.
Otro punto a destacar es la profundidad de personajes como El Ratón o la narración que describe los sucesos que tuvo que vivir el joven Ainu. Fabuloso.
Al final, nadie es lo que era antes de empezar y el que evidentemente salió muy pero muy mal parado fue el protagonista. Y no es para menos. Es terriblemente triste ser testigo de aquel que se ha perdido.
Huelga decir que este libro es una verdadera obra de arte. Si no has leído a este gran autor este es un buen punto de partida. ¡Ya verás que no te arrepientes!
A continuación, ajuntaré fragmentos que me llamaron mucho la atención:
Así fue como ella, junto con sus combinaciones, desapareció para siempre de mi vista. Hay cosas que se olvidan, hay cosas que desaparecen, hay cosas que mueren. Y no por eso hay que hacer un drama.
¿Quién puede estar seguro de algo, y en especial de un sentimiento?
Por lo general, las personas a quienes se les da bien escribir cartas no tienen necesidad de hacerlo. La razón está en que esas personas pueden vivir una vida plena sin salir de su propio marco de referencias.
Lo que ocurre es que el caos ha cambiado de forma. La jirafa y el oso se han intercambiado los sombreros, y el oso, para acabarlo de arreglar, quiere cambiar su bufanda por la de cebra.
―¿Has ansiado alguna vez que volviera a ti una chica? ―No ―le respondí. ―Cuando esperas con tanto anhelo el regreso de alguien durante un tiempo, lo que ocurre luego te da igual. Tanto si son cinco años como si son diez años o sólo un mes..., todo te da igual.
―Las células se renuevan cada mes. Ahora mismo está ocurriendo ―me respondía, poniendo ante mis ojos el delicado dorso de su mano―. Casi todo lo que crees saber de mí no pasa de ser pura rememoración de algo pasado.
Cierto escritor ruso escribió que aunque el carácter puede cambiar, la mediocridad no tiene remedio. Los rusos, de vez en cuando, se descuelgan con frases redondas.
Anduve bordeando el río hasta su desembocadura, y al llegar a los últimos cincuenta metros, ya de playa, me senté. Estuve llorando durante dos horas. No había llorado tanto desde que nací. Tras esas dos horas de llanto, conseguí incorporarme. No sabía adónde ir, pero me puse en pie y sacudí la arena que se me había adherido al pantalón.